sábado, 12 de septiembre de 2009

EL TEQUIO




TRADICION OAXAQUEÑA


Han comenzado las lluvias en la sierra zapoteca del Distrito de Villa Alta en el Estado de Oaxaca. Esto hace que los escasos caminos que existen se vuelvan accidentados y en muchos casos intransitables. Los deslaves, la creciente de los arroyos y ríos impiden el tránsito de camiones, o que su paso se vuelva difícil y peligroso. Muchos de los caminos que recorren las montañas de la sierra zapoteca, han sido construidos por sus habitantes sin ninguna maquinaria, utilizando solamente su fuerza de trabajo, picos, palas, azadones y barretas.

Este trabajo es obligatorio para todos los miembros de las comunidades zapotecas y es conocido con el nombre de tequio.

Muchas de las construcciones y reparaciones que se hacen en los pueblos zapotecos son producto del trabajo colectivo.

La construcción y reparación de caminos, escuelas, iglesias y edificios públicos como el palacio municipal, son trabajos que se llevan a cabo a través del tequio. Entre los zapotecos serranos al tequio se le llama Xin Lawé que quiere decir “trabajo principal”, y por lo regular está dirigido por las autoridades municipales.

Este trabajo colectivo es en beneficio de toda la comunidad y participan los habitantes de ambos sexos a partir de los 15 años, sin recibir ningún salario.

Las mujeres solteras, viudas y divorciadas participan dando una cuota económica, así como los zapotecos que viven en la ciudad de México y Oaxaca.

Las aportaciones económicas son utilizadas para la compra de materiales como: cemento, cal, varilla y herramientas, entre otros. Incluso los zapotecos que viven en los Ángeles California, en los Estados Unidos de Norteamérica mandan una cuota anual que es utilizada en el mismo sentido o para la organización de las festividades.

Antiguamente la mayoría de los ciudadanos zapotecos participaban directamente en los trabajos del tequio.

Pero en la actualidad muchos individuos que practican ciertos oficios como: carpinteros, albañiles, artesanos y comerciantes son los que tienden a participar menos en el tequio.

Estos hacen menos trabajo o trabajos especiales, o pagan una cantidad que es fijada por las autoridades municipales, y en muchos casos mandan a otra persona en su lugar para que cumpla con el trabajo.

Los “principales”, aquellas personas que han ocupado todos los cargos religiosos y civiles, no tienen la obligación de participar en los trabajos del tequio.

Los músicos que componen las bandas filarmónicas tampoco están obligados a participar en el trabajo comunal.

Las bandas de música tienen que actuar en las fiestas patrióticas y religiosas, y donde las autoridades municipales les indiquen.

También tocan en las fiestas de cada uno de los barrios que forman su pueblo.

La recompensa que todos los músicos exigen, consiste en comida, bebida y cigarros, que se les da en cada una de sus participaciones.

Otras de las personas que no tienen la obligación de participar en el trabajo colectivo son los vaqueros, que se encargan de conseguir a los toros, antes de la fiesta, y cuidar del buen desarrollo del jaripeo.

Los ciudadanos que no cumplen con el tequio se les impone una multa, que está destinada para la compra de mezcal, cigarros y refrescos que se les proporcionan a todos los que participan durante los trabajos del tequio.

A los zapotecos que viven fuera de la región y no cumplen con su aportación económica, se les da un cargo que deberán desempeñar personalmente o pagar a otra persona que lo realice en su lugar. Otra forma de trabajo colectivo que se lleva a cabo entre los zapotecos de la sierra es la “gozona”, que corresponde a la “Guelaguetza” de los zapotecos del Valle de Oaxaca.

La gozona o “ayuda mutua” como se conoce en otras comunidades indígenas consiste en ayudar a parientes, compadres, amigos o vecinos en las labores agrícolas como la limpia, la siembra, el deshierbe y la pizca.

La ayuda que se da es por medio de trabajo o con su cooperación en maíz, frijol, café, panela o leña a quien lo necesite.

Aquellas personas que reciben dicha ayuda tienen la obligación moral de corresponder de igual forma cuando se lo pidan.

Cuando un zapoteco quiere que lo ayuden a preparar o limpiar su terreno se dirige a sus amigos y parientes; y aquellas personas a quienes ha ayudado con anterioridad.

Así, todos los que deseen ayudar se reúnen y discuten en voz alta, entre chistes y bromas, la forma en que se va a trabajar.

Durante la reunión se fijan la fecha y lugar para iniciar la “gozona”; todos aquellos que participan llevan sus instrumentos de trabajo e inician sus labores con energía y rapidez.

La persona que pidió la ayuda se verá obligada a corresponder de igual forma con todos los paisanos que le ayudaron en el arreglo y limpieza de su terreno.

Pero no nada más en las labores del campo se realiza la “gozona”; también se practica en la construcción de casas, en las fiestas y bodas.

La gozona refuerza la cohesión del grupo dentro de la comunidad y permite la realización de muchos trabajos colectivos por el apoyo moral, económico y social que brinda.

La “gozona” o “ayuda mutua” ha sufrido muchos cambios sobre todo en la construcción de las casas, porque aquellas personas que cuentan con dinero, como los artesanos y comerciantes, prefieren pagar a mozos para realizar este trabajo.

A pesar de esto, la “gozona” se sigue practicando entre muchas familias de las comunidades zapotecas, para poder salir adelante en las labores agrícolas.

El tequio, la faena, la ayuda mutua o la gozona son características de la organización social y económica de los grupos indígenas del país; que en muchos casos se ha ido perdiendo por el avance de la economía capitalista, que tiene como fundamento al dinero, la acumulación de riquezas y el individualismo.

De los zapotecos, como de los demás grupos étnicos de México, depende la adaptación de estas formas de trabajo comunal para su beneficio.


FUENTE DE INFORMACION:
REVISTA "NUESTRO SABER"
SEP AÑO 1. NUMERO 03
JUNIO - JULIO - AGOSTO 1990

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